VIVIENDO
El sol azuzó mis ojos
y dejó mi cabeza extraviada
perturbando mi peregrinar
por los corpúsculos de colores.
El viento helado aireó mi rostro.
Mi vista voló acariciando gaviotas
en los rosados cojines de nubes.
El sol iluminó mi frente,
los graznidos hipnotizaron mis oídos
y el parpadeo del mar arrulló mis piernas…
Agua, sal, luz, frío y calor
inundaron mi oscuridad.