UN VIAJE SINGULAR
Sonrisas se escondían en el llanto de tus piernas
mientras los ojos volaban por infantiles rieles
con locomotoras cargando en sus vagones
trompos, emboques y volantines.
El humo en juego por el aire, tiznaba las alas
de pájaros migratorios que buscaban su norte.
Entre ventanas se memorizaban oraciones
en rogativas y alabanzas surcadas por sueños,
de bíblicas pestañas, en el océano de la Vía Láctea.
En el andén, tus manos enderezaron los pasos
a la vista de relojes cuyas campanas apuntaban
hacia los oídos del Universo, bajo nubes
que refractaban el cariño del sol.
Ante el silbato, con la vista en tu camino de niño
te embarcaste en tren cruzador de lluvias y galaxias
para escuchar, bajo la Cruz del Sur, la voz del Cosmos.