Cruces y memoriales convergentes
rescatan una historia de insolencia
escrita con palabras de imprudencia
en tributo a un poder irreverente:
“En nombre de mi padre inconsecuente,
con el seso convoco tu presencia
a cercenar los huesos con violencia
para entregar poder a incompetentes”.
A Marte entronizaste sempiterno
con gritos de guerrero no vidente,
maldijiste a tu muerte en el averno.
El fuego en tu memoria ya es eterno
y aunque tengas mil vidas penitentes
volverás a viajar por el infierno.