DORMIDA
Dormías en confusa claridad.
En el diván de la angustia
yacían tus besos moribundos
esperando pasos de luz
para tus noches sin pausas.
Mi pasión, vendaval
entró por ventanas,
despertó en latidos
con labios prisioneros
de silencios timoratos.
Recuperaste
las pestañas habladoras.
Abriste los postigos del Universo.
Desde La Vía láctea llegaron
corpúsculos de luz.
Se iluminaron tus sueños.
¡Despierta!.
Pósate en alas
del sofá de mi sonrisa.
Con claridad en tu mirada
emprenderemos viaje
sin retorno,
hacia las orgásmicas fronteras
donde titilan los astros.
© Lionel. Mayo 2004