Tú, la que haces volar mis cisnes
en vuelo a ras de río,
que llevan alimento
a mis polluelos
que nadan
sigilosamente
entre las anclas
de barcas mutantes.
Tú, la que entre lluvias
zozobras embarcaciones
con vientos de tormenta.
Yo, entre tanta angustia,
te veo palpitar en nubes
hinchadas de agua pura,
que mojan mi desnudez.
No, hoy no quiero tus huracanes
que ahuyenten mi destino,
y menos tus relámpagos
destructores de navíos
en las compuertas del océano.